lunes, 27 de septiembre de 2010

Lluvia (escrito I)

El frío barrió las pocas hojas de otoño que habían sido lo suficientemente valientes para caer al suelo, y mientras, sus zapatillas la hacían avanzar sin pausa a su destino.
Llovía, y su pelo mojado le tapaba la cara donde su propia lluvia surcaba sus mejillas. No sabía, que detrás suya, avanzaba la persona que le podría dar el consuelo necesario.
Sus zapatillas le hacían avanzar cada vez más rápido y por lo tanto le alejaban del consuelo.
Pero de repente, un fugaz rayo atravesó la muralla nubosa iluminándole los ojos y con una brillante sonrisa se volvió fugazmente para discretamente guiñar un ojo y tranquilizarle.

Llovía, pero la lluvia, también puede ser hermosa.

Aquel guiño le dejo en el sitio, mojándose, pero ya no estaba preocupado, por qué ahora sabía, que aún en la distancia, era capaz de ayudar.

Llovía, y no le importaba mojarse.

Llovía, pero todo volvía a la normalidad de los días de sol veraniego cuando sin preocupaciones vivían relajados.

Llovía en la primera tormenta de otoño, pero era feliz.

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